Algunas veces tratamos de escudar nuestras acciones y cargamos a otros lo que en realidad es nuestra responsabilidad. Pensar que los niños o los jóvenes son el futuro y que en sus manos estarán los cambios que tanto anhelamos nosotros los adultos, es una forma de evadir la propia responsabilidad.
Si bien es cierto que los niños demuestran mayor ilusión para construir un mundo mejor, somos nosotros los adultos quienes los estamos educando y quienes les proveemos de la seguridad o de la apatía que reflejen -y de hecho vivan- al crecer y convertirse en los adultos del mañana.
Papás y mamás que agreden, abandonan o son indiferentes con sus hijos, sobreprotectores, permisivos o sumisos, transmiten sus miedos y, de igual forma, la angustia ante la vida y la falta de compromiso consigo mismos y con los demás, generándose así un círculo perverso muy difícil de romper.
En un hogar donde la agresión y la violencia son los estímulos que rodean a la familia, podemos asegurar que se desarrollarán también el miedo y el ataque como formas de interacción a futuro. Pero ahí, donde el respeto y la responsabilidad son raíces, se pueden establecer generaciones de jóvenes que crezcan con la convicción de que una vida libre de violencia sí es posible.
Para que nuestros niños logren cambiar su mundo, tenemos que ser nosotros un ejemplo a seguir, impidiendo que situaciones como la intimidación y la trasgresión de valores sean una constante. La violencia doméstica no es un escenario que pueda verse como algo normal, no debe estar presente y mucho menos ser un modelo en la vida de los niños.
Ser parte de una sociedad libre de violencia empieza por cada uno de nosotros y se expande hacia todos los que nos rodean. Demos a nuestros niños la oportunidad de reconocer en sus mayores, personas en las que puedan confiar y creer, para que, entonces sí, lleguen a ser los hombres y mujeres que, igual que nosotros, sigan cambiando al mundo.
lunes, 26 de abril de 2010
Nuestros niños cambiando su mundo
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Si vivir bajo diferentes tipos de violencia fue lo aprendido para una persona, ¿cómo se puede enseñar algo diferente a nuestros hijos? Por más que queramos, ¿cómo enseñas y das ejemplo de un vivir que no conoces, que nunca has conocido, que no sabes como es?
ResponderEliminarEsto es tan cierto... a veces en tu casa te enseñan lo que esta bien y lo que no... que debes ayudar a los otros, a no hacer trampas o decir mentiras... cuando creces, te dicen que esto no es tan cierto... que debes ayudar a los otros pero tantito, que las trampas pueden ayudarte a veces y que existen mentiras que aunque dañen a los otros, si no te perjudican, están bien...
ResponderEliminarEn lo personal, a veces es confuso saber si es de tontos pensar en otros o es egoísta pensar primero en tu beneficio... sé que debe haber un punto medio... creo que como hija, debo aprender a encontrarlo en cada caso particular... aunque a veces te des de topes con la pared.
Tal vez no conocimos otras formas, pero sabemos lo que no queremos que se repita. Si seguimos repitiendo lo que aprendimos tendremos los mismos resultados. Hacer las cosas de forma diferente es educar en equidad, respeto y responsabilidad.
ResponderEliminarEl punto medio no es estático, a veces es necesario ponernos a prueba, perder el miedo e intentar, probar hasta que dejamos de repetir para empezar a reelaborar.
Gracias por sus comentarios.