“Hija, ya lograste terminar la secundaria y a partir de ahora ya no necesitas estudiar. Pagarte la escuela sería desperdiciar tiempo y dinero; eso déjaselo a tu hermano Miguelito, que aunque le cuesta más trabajo, a él le toca. Ahora lo único que tienes que hacer es preocuparte por encontrar un buen marido que trabaje y te mantenga y darnos a tu padre y a mí la satisfacción de ser abuelos. El éxito de las mujeres está en ocuparse de su marido y de su familia” -fueron las palabras que su madre dedicó a Irma el día que terminó la secundaria.
Rosario ganó un ascenso en su trabajo. Para festejar, invitó a su novio a cenar y cuando le dio la noticia, el noviazgo terminó pues para José Luis es muy difícil manejar una situación en la que su mujer gane más dinero que él. Sin embargo, él está dispuesto a regresar con ella cuando se le pase “la novedad” y comprenda que es mejor para “ambos” que no acepte el ascenso pero tengan una relación feliz.
Los sábados son días complicados para Marilú; se levanta muy temprano para ir en metro y llevar a los niños con su madre quien vive al otro lado de la ciudad y se los cuida mientras va a la universidad. De regreso, luego de dos peseros distintos y más de dos horas de recorrido, los recoge y se va a la comida semanal que se organiza en casa de su suegra, donde Pedro la espera luego de jugar futbol en el parque de la colonia y haber lavado el carro que Marilú está pagando desde hace dos años pero que él “necesita” para llevar a sus amigos de regreso a casa después del partido.
Una y otra vez podemos escuchar historias semejantes en las que la violencia económica es ejercida sobre muchísimas mujeres. Como amenaza, como limitación o como ejercicio del poder sobre ellas y, en consecuencia, deteniendo su desarrollo o deteriorando su condición de vida.
Ahora bien, siempre pueden cambiarse estas condiciones. Por ejemplo, negociando, estableciendo límites con la pareja y con la familia, comunicando claramente lo que se quiere pero también lo que estás dispuesta a hacer o no por los demás.
Todos los días millones de mujeres aportan al progreso institucional, empresarial y familiar y no hay ninguna razón por la cual pensar que debamos elegir entre una u otra como única actividad. Todas son labores compatibles siempre que se comprenda que deben ser compartidas y que el hecho de trabajar, estudiar o dedicarse al hogar es una decisión libre y responsable.
En la medida que cada mujer se valora a sí misma y a lo que hace, transmite a quienes la rodean el gusto, la importancia y el amor por sus acciones provocando así la otra forma de vida: sin ser víctima de la violencia económica se transforma la visión equivocada de quienes por miedo, ignorancia o costumbre la juzgan condicionan o limitan.
viernes, 6 de noviembre de 2009
Violencia económica... ¿miedo, ignorancia o costumbre?
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Hola amigos:
ResponderEliminarInteresante el tema lo es y obedece al entorno donde se desarrollan las problemáticas sociales.
Es claro que muchos de nuestros aspectos culturales mostrados en actitudes, son rancios paradigmas desde el momento en que nacemos y del seno que nos acoje: La Familia. Desde aquellas frases de: "Debes atender a tu hermano porque es hombre" (de la madre a la hija), "una mujer decente no sale de su casa a altas horas de la noche" o "pa'que estudias si de todos modos te vas a casar". Son arquetipos que aluden principalmente a la forma en cómo nos educan _que es distinto a la instrucción académica que recibimos de la escuela_ y de ello, los padres son el principal artífice y factor para permutar estas ideologías que en la actualidad, aún persisten en cariz aberrantes como lo es la agresión física del hombre a la mujer en la familia.
Felizmente estoy casado con una mujer, que antes de su género es un ser humano con la misma esencia humana que la mía lo es y, de ello...la coincibo y la observo como a mí mismo. Quizás sea aquello que los mayas describen cosmogónicamente como "Inlakex" (Yo soy tú y tú eres yo", y por ende, no podría tratarle de otra forma distinta como no me agradaría que me trataran a mí. En ella encuentro mi dualidad femenina y explorar en su esencia lo mucho que tengo que aprender.
¡saludos!
Atn.
Everardo Pérez L.
Celaya,Gto.
HOLA:
ResponderEliminarES IMPORTANTE QUE LA MUJER EN ESTA EPOCA, SE DESARROLLE TANTO EN LA CASA COMO EN EL TRABAJO, YA QUE SOMOS SERES PENSANTES CON LAS MISMAS OPORTUNIDADES QUE EL HOMBRE. SIN EMBARGO TODAVIA EXISTEN PERSONAS QUE SON MACHISTAS Y MUJERES QUE SON CONFORMISTAS Y NO BUSCAN LA OPORTUNIDAD DE HACER ALGO CON SU VIDA (PROFESIONAL).
PERO TAMBIÉN EXITE EL OTRO LADO DE LA MONEDA, HAY MUJERES QUE SON MUY PREFESIONALES (GRANDES EMPRESARIAS, TRABAJADORAS, PROFESIONISTAS), QUE SE DEDICAN EN CUERPO Y ALMA A SU TRABAJO, DESCUIDANDO TERRIBLEMENTE SU VIDA PERSONAL Y TERMINAN MANTENIENDO AL MARIDO.
CREO QUE EN ESTA VIDA, SE TIENE QUE TENER UN EQUILIBRIO, NI TANTO DINERO NI POCO DINERO, SINO LO SUFICIENTE PARA VIVIR TRANQUILAMENTE, (DEJANDO ATRÁS LA MEDIOCRIDAD, VER ADELANTE CON UNA VISIÓN CLARA HACIA DONDE QUEREMOS LLEGAR), TANTO EN LA VIDA PROFESIONAL COMO EN LA PERSONAL. Y SI VALORANDO MINUTO A MINUTO, LO QUE TENEMOS ALREDEDOR PARA DISFRUTARLO O MEJORARLO, PERO SIEMPRE CON LOS PIES EN LA TIERRA.
EN LA ACTUALIDAD, COMO BIEN DICE EL DICHO POPULAR... LA MUJER LLEGA HASTA DONDE LA MUJER QUIERE.
ResponderEliminarSALUDOS!
ATTE. RC
GRACIAS A LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO, A MUJERES QUE HAN LUCHADO DESDE ANTAÑO Y A HOMBRES QUE HAN APOYADO Y LUCHADO JUNTO A ESTAS MUJERES HOY PODEMOS DECIR QUE TENEMOS UN AVANCE NO GRANDE PERO SI IMPORTANTE. NO POR ESO SIGNIFICA QUE PODEMOS DEJAR DE LUCHAR AL CONTRARIO TENEMOS QUE DEJAR CLARO QUE LA MUJER TIENE LOS MISMOS DERECHOS DE CRECER Y DE SER ALGUIEN Y NO NADAMAS PARA GANAR UNA ELECCION EN CIERTA DELEGACION Y CIERTO ESTADO " POR CIERTO QUE VERGUENZA LAS MUJERES QUE SE DEJARON SOBAJAR POR SUS HOMBRES" Y RENUNCIAR, SI NO A LOGRAR ESTOS TRABAJOS Y A OTROS MILES Y PODER DEMOSTRAR QUE LA MUJER TANTO EL HOMBRE SABEN Y PUEDEN HACER LAS MISMAS COSAS.
ResponderEliminarATTE
ResponderEliminarERIKA CORONA