En gustos se rompen géneros…
pero también se destruyen dignidades.
Ingredientes:
- Una ranita viva de preferencia hembra
- Agua (la necesaria a temperatura ambiente)
- Un recipiente resistente al calor.
- Calabacitas tiernas
- Condimentos:
- Sal, pimienta, canela en raja.
Modo de preparar:
Considere que para cocinar la ranita viva se deberán cuidar algunos detalles específicos. Los seres vivos que han de convertirse en un el deleite al paladar, dada su condición de frescura y buen estado, no pueden ser incorporados abruptamente al agua hirviendo; de hacerlo así, podrían suceder dos cosas:
a) que la ranita al contacto con el agua en ebullición responda instintivamente, y haciendo acopio de fuerza y agilidad brinque inmediatamente del recipiente provocando tremendo desastre y tal vez hasta la pérdida del ejemplar; o
b) que en el caso de permanecer en el agua hirviendo, la ranita sufra innecesariamente alterando así el sabor de nuestro caldo de manera desagradable y culposa.
Si usted cuenta con una selección vasta en animales vivos para deleite del paladar, se recomienda no mezclar, por ejemplo, langostas con ranitas, ya que el agua salada no es un medio adecuado para ranitas, consiéntalas y apapáchelas desde que las adquiera hasta que las cocine. De preferencia escoja usted una ranita hembra pues, a diferencia de los machos, su apariencia es más robusta y agradable.
Ahora bien, se sabe que la sangre de las ranitas es fría. Mejor dicho, la temperatura de su sangre es similar a la temperatura ambiente. Gracias a esta característica propia de las ranitas, debemos preparar nuestro caldo de tal forma que no sea una odisea de persecución; que no se vea comprometido el delicioso sabor de la ranita pero tampoco la conciencia de usted por propinarle una serie de palos mientras la persigue o por tener que hundirle un cuchillo estando viva. La tarea será verdaderamente fácil si colocamos a la ranita dentro del recipiente lleno de agua a temperatura ambiente sobre la flama mínima que alcance su hornilla y posteriormente, de forma gradual y lenta, incrementamos hasta alcanzar el punto de ebullición; así el tiempo podrá determinarlo de acuerdo a su gusto por una carne más o menos suave, y puede usted estar segura de que la ranita no sufrirá con esta muerte lenta pues prácticamente no percibirá el aumento del calor. Una vez hirviendo, incorpore las calabacitas tiernas, saltee y condimente al gusto con la rajita de canela. Limón y chilito son buenos complementos.
Por cierto, la presencia de la violencia en nuestras vidas ha seguido un curso increíblemente similar a la elaboración de un buen caldo de ranita. Empieza sutil y difuminada, socialmente aceptada: chistes, burlas, sarcasmo, indiferencia, uso de un lenguaje “moderno y entre cuates”, una mirada inquisitiva, una orden, un pellizco, un empujón, una nalgada... Y de a poco, aumenta: la persona violenta recurre a medios cada vez menos sutiles para producir los efectos necesarios; la víctima de violencia, como la ranita, se acostumbra a lo sublime del inicio y no es consciente de que ha entrado en una relación que también vale decir, incluye acciones que en apariencia no son violentas ni agresivas como escribir lindas cartas llenas de arrepentimiento (chantajes), regalar flores (regalos de culpa), subsanar heridas o moretones con besos o caricias (como agregar calabacitas tiernas para la presentación del caldo de ranita) pero en las que la muerte puede ser, y es en muchos casos, el resultado final.
¡CERO TOLERANCIA A LA VIOLENCIA FÍSICA, PSICOLÓGICA, ECONÓMICA, INTELECTUAL!
¡¡¡Me encanta esta historia del caldo de rana!!! , la primera vez que lo escuche de tí (Ma. Fernanda), entendí lo que tanto me recprochaba a mí misma, ¿por qué aguanté tanto? ¿por qué no deje esa mala relación? habiendo tantas señales obvias que no veía o no queria ver, lo mal que estaban las cosas y lo mal que me sentía yo, del daño obvio que esa relación le estaba haciendo a mi pequeña hija, y también pensaba, ¿como le voy a quitar a mi hija a su papá si me separo? me fuí a vivir a otro país por él, dejé todo ¿como voy a regresar sin nada y destruida, derrotada?. A diferencia de la ranita del caldo, yo si sufría y mucho, sin embargo seguia ahí, esperando y creyendo que todo cambiaría, que todo mejoraría, que yo lo amaba y que no podría vivir sin él, que me celaba porque en verdad me queria mucho, que me atromentaba por mil cosas pues por celos porque me queria mucho y porque él tenía mucho miedo de perderme, que me quería mucho y que se sacaba en las peleas pero que pues como todas las parejas discutiamos, eso no era nada extraño, yo pensaba, pues todas las parejas tienen peleas y desacuerdos, y bueno todo tiene solución, y muchas veces pensaba que esas peleas eran mi culpa, yo provocaba esos malos momentos, y a veces si era así,pero aún así nada justifica el tormento psicológico, ni físico, ni ninguno, como me dijiste ¿por qué no te dejaba sin tan mala eras? ¿por qué si él supuestamente era sano y todo era tu culpa, no se separaba de tí?, yo agradía ya estaba harta de ser atormentada, humillada y maltratada, y aún así no se justificaba su tortura psicologica ni física, yo me volvi agresiva con él porque así lo decidí, lo sé, porque tenía la opción de separarme y no lo hacía ni aún estando harta de esa vida, mi violencia tampoco estaba bien ni justificada, pero por mi ceguera de no separarme, empecé a tener un instinto de supervivencia con el cual agredía antes de que me agrediera, cuando empezamos jamás hice nada en contra de él y él si tenía ya comportamientos que no eran correctos, el primer golpe físico que él me dio tontamente lo catalogue como leve, porque fue un golpe en el brazo, me enojo mucho y me asusto, pero después de enojarme mucho con él y pedir apoyo de su mamá, acabe como al principio, su mamá lo justifico y él me pidio perdón llorando, entonces me quedé, para ese entonces yo ya habia estado dos años en el agua a temperatura ambiente que poco a poco se fue calentando, que me hacía sufrir mucho pero a la cual me fui adaptando, el segundo golpe físico fue en el abdomen quedando una costilla fisurada, pero pues "nada grave", también por una pelea que "yo provoque", el siguiente fue un jalón de cabello sujetandome contra la pared, un jalón que hizo que la nuca me doliera por un mes, "también provocado por mi", la siguiente agresión frustrada fue cuando su puño se quedo a dos centímetros de mi porque él cayó al suelo, agarrandose el brazo izquiero (con el que me iba a pegar) y quejándose de dolor, yo pensé: le está dando un infarto porque lo hice enojar, pero se levantó del suelo maldiciendo y diciendo que "por mi culpa" se le safó el hombro, ¿por mi culpa? ¡si me ibas a pegar!, y me dijo: no te iba a pegar solo te iba a asustar.......ajá...... y ahí seguia yo, en el agua cada vez más caliente, esas fueron las agresiones físicas durante 5 años, "como que no eran tantas" ¿no? y en esos 5 años hubo infinidad de violencia psicológica, emocional y económica, pero pues solo se iba entibiando el agua y yo aunque sufría no lo sentía todo de golpe.
ResponderEliminarTodo iba poco a poco, hasta que en otra discusión "provocada por mi" me agarró a patadas en todo el lado izquierdo del cuerpo dejándome moretones por tods lados, y me dio un puñetazo en la cara que me cerro un ojo y casi me fractura la nariz, ahí por fin reaccioné y vino la separación, la denuncia y el empezar a tratar de reconstruirme, ¡claro que todo es poco a poco! y que siempre dicen "tu me provocaste" "te juro que antes de volverte a lastimar o a golpearte me corto las manos" "perdóname eres lo que más amo", y como el agua ya esta en ebullición también uno se vuelve agresiva, uno explota y empieza a sentir coraje al mismo tiempo que amor, empiezas igual a dar una caricia (de vez en cuando porque el coraje te crea un muro invisible alrrededor de él que te impide demostrarle el amor porque tal vez ya ni sientes pero que crees sentir), empiezas a responder con un golpe o con algún objeto de la casa que vuela, y eso te enreda más, y piensas: los dos peleamos, él me agrede y ahora también yo lo agredo, ¡como me aguanta! pues porque me ama, pero debemos pensar ¿cómo llegue a ser así, si antes lo cuidaba, lo mimaba, lo acariciaba, lo besaba y realmene lo amaba? la respuesta es, porque lo amaba con toda el alma y daba todo por él, pero él empezo a demostrarme que no me amaba, que no me respetaba, que no me cuidaba, y en lugar de tener valor y dejarlo, empecé a tolerar el agua tibia, empecé a creer que me lo merecía, empecé a aguantar, y luego empecé a enojarme, a rebelarme, pero no tenía el valor de dejarlo, hasta que pasó algo que no se podía ocultar, que para todo el mundo y para mi hija era obvio, y que para mi era dejarlo y vivir o quedarme y morir, porque la siguiente golpiza iba a ser con todo, tal vez no al día siguiente, ni a la semana, quizá ni en un año, pero iba de menos a mas, espaciado muy espaciado, pero iba a llegar tarde o temprano.
ResponderEliminarY de verdad que uno se acostumbra y se enferma tanto, que aún ahora, separada, lejos de él, estando mas tranquila, con una mejor autoestima, con mi hija que amo más que a nadie en el mundo, empezando a trabajar y tratando de salir adelante, sin el miedo diario ni la opresión en el pecho, siento todavía a veces culpa, siento todavía a veces que lo extraño, pienso todavía a veces que en ocasiones era muy bueno, etc, etc, cuesta mucho quitarse esa piedra de encima, pero creo que también poco a poco se va logrando. La verdad que más vale sufrir un tiempo (que tendrá un final no será para siempre)por luchar para salir adelante y lograr sentir paz, que sufrir por ser maltratada día a día, con riesgo de perder la vida, ésta tortura diaria sí que NUNCA acabará y sí te acabará a ti misma, emocional, psicologica y fisicamente.
Esta muy agresiva esta historia, pero sólo asi nos sacuden este tipo de cosas, que muchas veces nos hacemos los que no entendemos, no conocemos o no nos pasa a nosotras y por eso no e simportante. Yo misma hace como 10 años, (a mis 20) fui victima de un agresor psicologico, me trabajaba de tal modo que me sentia una loca, tonta, fea, etc.
ResponderEliminarhabia veces que entrabamos a una pizzeria y el se levantaba al baño, y yo queria salir corriendo, sabiendo que algo no estaba bien, y aún así seguia ahi, lo veia a escondidas de mi familia porque ya no toleraban esa situación, pero en realidad a quien engaña era a mi misma...después de él salia a la calle sin rumbo y a veces casi tomaba el rumbo hacia su casa hasta que recordaba que ya no tenia más que hacerlo...
Nunca volveria a caer en algo asi, en cuanto empiezan las minimas "bromitas" o "comentarios" hirientes, pongo un muro emocional, de palabras y nunca jamas permitire que nadie me dañe de ningun modo...
Como ejemplo está perfecto y no hay mejor manera de hacer ver que la violencia no te lleva a otra cosa más que a las peores consecuencias. Todos somos como esa ranita, nos gusta sentirnos bien, sentirnos queridos, ser parte de un trato excepcional el cual nos va a llevar a un estado de crecimiento emocional, de igual manera y con todo el calor de nuestra alma podemos responder de la misma forma a nuestros eres queridos, es parte de un equilibrio que todos debemos buscar, es algo que no nos podemos negar a tener, es un derecho que nos pertenece y no podemos negárselo a alguien y mucho menos que alguien trate de impedirnos ser felices, somos muchos, somos millones las personas que queremos y coincidimos en que el mejor camino para alcanzar la felicidad es el amor y el respeto por nosotros y por los demás, hay que recordar que no estamos solos y ante el más mínimo indicio de violencia cualquiera que esta sea debemos de poner un alto tajante, ser como la ranita que salta y lucha por su vida al sentir el agua caliente, así que debemos luchar por ser feliz, por amar, por respetar y hacer lo mismo por los demás, el primer paso es amarse a uno mismos, despues todo es más facil :-).
ResponderEliminarCreo que es verdad, a pesar de que vivimos en el siglo XXI, seguimos viendo que existe la violencia en contra de las mujeres.
ResponderEliminarEs bastante curioso como en muchas ocasiones las mujeres empiezan aceptando solo un poquito de violencia, y esta poco a poco va escalando hasta que llega a niveles en que les puede costar la vida. Al igual que la ranita de poco en poco va subiendo la temperatura hasta que muere.
Buen cuento.
No importa si es ante el primer estímulo, después de 10 o de 15 años de vivir agresiones. Lo que realmente importa, es cambiar y ejercer el derecho de todas las personas a una vida digna y sin violencia. Gracias.
ResponderEliminarMe gustó mucho la historia de la ranita, considero que no importan las palabras lindas con que se digan las cosas, lo que importa es la acción, es como el beso de Judas, besar sabiendo que lo estás enviando a la muerte.
ResponderEliminarRecordé la película de Demie Moore "Durmiendo con el enmigo", o la historia de Selena, la cantante que su propia fans fue capaz de quitarle la vida, o también para no ir tan lejos, la cantidad de veces que podemos decirles a nuestros hijos "no hagas", "no digas", "tonto", etc. sabiendo que aunque se los digamos por "su bien y con palabras tiernas" es importante que saber que estamos lastimando incluso su autoestima.
Definitivamente, al final de cuentas, la persona "víctima" en esta historia, es la misma responsable de su malestar, porque es la única que decidirá hasta donde tolerar y cuando decir: ¡ya basta!.
Definitivamente no hay como la frase de Bénito Juárez García: "El respeto al derecho ajeno, es la paz".
Felicidades por la historia.
Laura Patricia
Laura,
ResponderEliminarDesafortunadamente los ejemplos van más allá de las pantallas de cine o de T.V. Sin embargo, creo, igual que tú, que todas somos capaces de elegir otra forma de vida... nunca es tarde!