viernes, 13 de noviembre de 2009

Agresión verbal: el cuchillito de palo que no corta pero cómo lastima...


- ¡Cómo serás lenta! De plano deberías llamarte Lentalia- le dice Alfonso a Natalia mientras ella corre detrás de él para alcanzarlo.

-  ¡Cálmate Alsosno! Si tú llegaras a tiempo... pero a ti, eso de ser puntual ¡te saca ronchas!
- ¡Uy sí! Tú muy fina ¿no? Con esa faldita y tus pasitos más pareces una… de la esquina.

- Por lo menos yo me arreglo y no traigo la almohada en el pelo.

- ¡Ora resulta! Pero así te encanto y ahora pa’ que se te quite tú pagas el cine.

- No más porque tengo muchas ganas de ver esta peli… pero claro, ¡tenía que salirte lo chafa!

- ¡Cállate y Paga! Te espero adentro y a ver si te apuras con las palomitas.

- ¿Todavía que yo voy a pagar? ¡Poco hombre!

- ¡Ahora sí te la rifaste! A ver si te vas calmando. A mí me respetas ¡Idiota! Y párale a la escenita. Además de lenta, chillona… ¡Ya, ya! A ver dale su besito a este rey pa’ que se me baje el enojo al fin que de todos modos te quiero y lo sabes.

¿Lo sabe?

La agresión verbal daña tanto como cualquier otro tipo de violencia. Evidente o no, la violencia no demuestra de ninguna manera amor. El amor no se sufre, no causa daño ni saca ventaja de alguien más.

Natalia y Alfonso viven la agresión, la humillación y la falta de respeto como si fueran parte de su “noviazgo”. Nada más alejado de una buena relación.

Una falta de respeto se convierte en burla, la burla da pie al enojo, las respuestas son cada vez más hirientes y, como consecuencia, se observa una relación disfuncional: una lucha de poderes con toda la intensión de lastimar y de establecer un vencedor sobre un vencido.

Las palabras, como armas, lastiman, provocan pena, oprimen y duelen en el alma igual que las cicatrices en la piel.

Natalia reacciona tan agresiva como el propio Alfonso. Ella no pone un alto. Los actos agresivos de uno generan reacciones violentas en otro y, en un instante, ambos buscan y promueven el malestar del otro.

Para pelear se necesitan dos. La agresión verbal se confunde entre los juegos, los chistes y las bromas pero se distingue de estas porque es constante, en distintos escenarios siempre la misma burla, el mismo cuento una y otra vez sobre la falta o el defecto y va subiendo de tono. Un “cuchillito de palo que no corta pero cómo lastima”.

Debemos aprender a no engancharnos en estas situaciones y no permitir que se nos haga sentir mal, apenadas, agraviadas o insultadas. En cuanto te percibas sintiendo algo similar, debes poner un alto total. Da la vuelta y retírate. No discutas. No contestes igual. En otro momento, si así lo deseas, le indicarás a tu pareja el hecho, lo que sentiste y lo que esperas que suceda en adelante. Sin agredirlo pero firme. No busques hacerle lo mismo que te hizo. Comienza por respetarte a ti misma y no te conviertas en oponente de tu agresor. Ése no es tu lugar.

1 comentario:

  1. Mujer, Mujer Todo Poder....

    Es difícil calcular el daño en una mujer cuando es víctima del maltrato
    verbal. Esto porque los daños son internos. Específicamente en la parte emocional.
    Cuando se da en la etapa del noviazgo, cuando se supone todo debe ser bonito, cuando se están conociendo, cuando la relación debe estar inspirada en el respeto, la entrega, comprensión, delicadeza, para luego pasar a otra etapa que sería el matrimonio o la unión de hecho.
    Por lo general las mujeres llegamos a confundir el maltrato con muestras de afecto o interés de parte del novio o enamorado, pero en realidad es una manera de ejercer control sobre nosotras. La mujer que no es capaz de parar ese tipo de abuso en el noviazgo será una futura victima de abusos que incluso llegaran al maltrato físico.
    La violencia verbal, ocurre cuando somos victimas de todo acto que nos lastime moralmente. Por lo genera son: gritos, insultos, desprecios, criticas destructivas con el ánimo de hacer sentir mal a la pareja, burlas, acusaciones sin fundamento, uso de malas palabras , todo con la finalidad de hacer sentir mal e insegura y deteriorar su propio valor y por ende su autoestima.
    Llega el momento que las victimas se vuelven conformistas a la agresión verbal. Otras veces tienen la esperanza de que el hombre cambiará o creen en las “disculpas”, pero solamente es parte del ciclo del maltrato del que la mujer es víctima. De un momento a otro el hombre volverá a estallar en ira con lo que demostrará que el arrepentimiento no era sincero sino que era un simple remordimiento, una táctica para escaparse de la culpabilidad que sobre él recae al maltratar verbalmente a la mujer. Hay que saber poner límites al maltrato. El mantener esperanzas lo único que hace es que dure el problema, ya que impide que la mujer tome soluciones a su situación. Ceder al maltrato verbal y psicológico es perder la dignidad y dejar la puerta abierta para el maltrato físico.
    " TU PUEDES MUJER NO PERMITAS LA VIOLENCIA "

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