viernes, 20 de noviembre de 2009

Agresión física: Cuando el cuchillo no sólo lastima...



Magdalena O. 25 años de edad
A la revisión post mórtem, se describen las siguientes lesiones:

1. Inflamación de 5 cm detrás de la oreja derecha.

2. Corte de 1.5 cm en párpado inferior izquierdo.

3. Ausencia por arrancamiento de la uña del dedo pulgar derecho.

4. Moretones en ambas extremidades inferiores, mayores a los 10 cm de diámetro.

5. Herida de 4 cm de longitud y 15 cm de profundidad por debajo de mama izquierda por arma punzo-cortante.

6. Músculo cardiaco seccionado por arma punzo-cortante.

7. Estallamiento de varios órganos vitales.

Magdalena fue atacada por quinta vez –según consta en actas previas- por Felipe, el padre de su hija Celia de 3 años de edad. Golpes, patadas y una puñalada arrebataron la vida a esta mujer. Según las palabras de Felipe “No era mi intención matarla pero ‘ora ya ni modo, a ver si la escuincla si aprende desde chiquita a no meterse a discutir con su marido ni con su padre”.

En cinco ocasiones anteriores Magdalena acudió a la Procuraduría General de Justicia del Estado para rendir declaración por las golpizas que Felipe le ponía. Ninguna de las anteriores procedió para la detención y consignación de Felipe pues en las mismas 5 ocasiones, Magdalena le otorgó el perdón retirándose por lo tanto las acusaciones. Magdalena nunca se atrevió a continuar los procesos pues entendía que si Felipe se iba a la cárcel no podría pagar la renta, los transportes y la comida a Celia, su hija. Además cuando Felipe saliera de la cárcel, iba a estar más enojado y entonces “sí que la pondría pareja por andar de chismosa”.

Aún cuando Magdalena contaba con más estudios que Felipe, no se sintió nunca con la capacidad o la fuerza necesarias para sacar adelante a su hija. Magdalena pensaba que no podía terminar con la unión que Dios había bendecido y que Felipe sería el único padre que educaría a Celia, aunque la despreciara un poquito porque le tocó nacer la primera siendo mujer. Pensó que mientras fuera a ella a quien Felipe dirigiera sus golpes no habría mayor problema y que siempre aguantaría todo con tal de proteger a Celia.

Hoy Magdalena no sufrirá más. No aguantará más palizas ni los malos tratos. Hoy Magdalena no podrá cuidar más a su pequeña hija.

Sirva mi voz para gritar las palabras de aquellas que ya no podrán hacerlo y a quienes no se les permitió acceder a otra forma de vivir porque no tuvieron las oportunidades; porque no tuvieron una mano amiga que las apoyara; porque no tuvieron la fuerza necesaria; porque no supieron que existe la otra forma de vivir.

3 comentarios:

  1. Vivir bajo violencia es lo peor que le puede pasar a una mujer... La vives en el momento, pero la cargas contigo mucho tiempo después de que ocurre... Te miras al espejo, vez los golpes y por tu cabeza pasa una y otra vez la misma pregunta: ¿Porqué?...
    Se borran los golpes de la cara, del cuerpo, siguen los del alma y del corazón, que ya no los quita nada. Y te vas llenando de rencores, pesares y decepciones... Y en quién confiar?... El Ministerio Público te pregunta babosada y media, aunque los golpes estén frescos y vayas saliendo apenas de ver al doctor y la sangre aún esté fresca, lo que te hizo tu esposo no es grave, no amerita carcel, para la próxima seguramente hay que llegar hecha pedacitos en un costal...
    Pero estoy viva, disfrutando que me libré de todo eso... Pero aún los golpes, a veces, queman mi cara...

    ResponderEliminar
  2. Confía en ti. Eres mucho más fuerte de lo que tú misma te atreves a creer. Eres libre y responsable de ti. Mira hacia adelante y poco a poco aquellos golpes serán tan solo un mal recuerdo. Te lo aseguro.

    ResponderEliminar
  3. No se debe aguantar una agresion asi se debe denunciar rapido por que si lo hace contigo lo hace con otras personas tambien.

    ResponderEliminar